Quisiera agradecer a IPPA, a sus autoridades y al jurado que decidió concederme este reconocimiento.

He tenido una larga carrera académica y recibí diversas distinciones, pero aprecio ésta en particular, por dos razones: se relaciona con las dos áreas principales a las que he dedicado mi trabajo (políticas públicas y administración pública) y, especialmente, porque resultó de la iniciativa y apoyo de muchos respetados colegas de diferentes partes del mundo.

Quiero compartir algunas reflexiones con las nuevas generaciones, con mis colegas más jóvenes que recién comienzan sus carreras académicas. Algunas personas creen que soy historiador, porque escribí un conocido libro sobre formación del estado; o urbanista, porque otro influyente libro se dedicó a la erradicación de residentes pobres por parte de un régimen militar; o economista, porque el tema de otro libro versó sobre reforma agraria. Mi primer mensaje es: no teman cruzar fronteras disciplinarias; las ciencias sociales son un campo “sin costuras”.

Un segundo pensamiento: de ser posible, traten de alternar entre el trabajo académico y el de consultoría o gestión, y viceversa. La actividad de asistencia técnica o la de gestión son siempre un estímulo para la tarea de creación académica; y a su vez, la actividad académica ayuda a comprender la realidad. Debo haber escrito unos 200 papers, pero también conduje alrededor de 100 proyectos de consultoría que me ayudaron enormemente a iluminar mi trabajo teórico.

Tercera reflexión: traten de trabajar en las ciencias sociales en distintas capacidades: como docentes e investigadores, por supuesto. Pero también como constructores institucionales, consultores, gerentes, formuladores de políticas, periodistas y así sucesivamente. Pude asumir estos diferentes roles y encontré que ampliaban mi perspectiva como académico.

Un punto final: traten de no anclarse en un único campo especializado. Renueven sus intereses de investigación, formulen nuevas preguntas, exploren nuevas áreas de preocupación. Siempre habrá que pagar un derecho de piso, insume un gran esfuerzo identificar cuáles son las principales cuestiones, preguntas y variables, pero el esfuerzo vale la pena. Para escribir mi último libro, “El Estado en la Era Exponencial”, tuve que aprenderlo todo, desde TIC a robótica, internet de las cosas, automatización, criptomonedas y así sucesivamente.

A lo largo de esta trayectoria académica, descubrirán finalmente que la siembra exigió un enorme esfuerzo pero, créanme, la cosecha lo recompensará ampliamente.

Muchas gracias.