El momento electoral que ya se está viviendo aparece como una bisagra para el futuro del país. Hay un importante esfuerzo por alcanzar acuerdos, detectar puntos centrales, impulsar temarios consensuados, pero poco se habla de temas concretos que puedan generar una visión compartida de futuro.
Un asunto central -del que se observan pocas acciones estratégicas a pesar de su importancia- remite a la (re) construcción de un servicio civil para el Estado y la administración pública. Serán los funcionarios públicos quienes realmente van a ejecutar las futuras políticas para encarar cambios profundos. La preocupación sobre este tema en la política está vacía.
Marcamos que las propuestas políticas de los candidatos rondan en los tres modelos que presentamos en el libro “El futuro del Estado en Argentina”. Estos son, por un lado, el Dogma Vigente (ortodoxia liberal): su foco es el mercado. El nombre se debe a que, por una parte, tiene un discurso cerrado al cambio y por ello se presenta como incuestionable.
Por otro lado, el Camino Sinuoso (heterodoxia socialdemócrata): este conjunto de ideas pendulares, que fue desarrollado por la socialdemocracia europea a partir del colapso del mundo soviético, plantea reformas y continuidades en lo que hace a la visión liberal tradicional con un eje en la sociedad civil.
Finalmente, el Regreso al Futuro (heterodoxia populista): en este caso, y se caracteriza por resaltar el carácter fundamental del intervencionismo estatal.
El nombre alude al hecho de que la centralidad del Estado en la vida social fue un fenómeno ya conocido en el siglo XX; el oxímoron representa esta vuelta que ya no es al pasado, aunque lo parezca: no se puede volver al pasado, por una parte y, por otra, es posible reaprender de la historia.
Estos modelos plantean enormes diferencias en sus conceptos y valores; pero más allá de ello se pueden observar algunas concordancias para encarar cambios profundos en el Estado y la administración pública.
En este sentido destacamos lo que señaló Guillermo Schweinheim en estas mismas páginas sobre el consenso alcanzado por expertos en torno a una serie de elementos que serían necesarios para lograr una función pública profesional para la Argentina del siglo XXI.
Concretamente estos principios serían: igualdad y transparencia para los concursos de los funcionarios públicos; construir un servicio civil profesional con acreditación de la idoneidad y el buen desempeño; planificar estratégicamente y con sustentabilidad financiera los planteles de personal; institucionalizar un régimen de funcionariado civil superior de carrera; evitar la “discriminación negativa”, en especial en materia de género, y precarización o subcontratación laboral, abierta o encubierta; invertir en capacitación y actualización tecnológica; y jerarquizar y fortalecer los órganos a cargo de la gestión de las políticas de la función pública.
Hay libertad para creer en el destino, en profecías, en oráculos, pero sabemos que el futuro no aparece dado, sino que se construye con voluntades.
Por eso es tan importante que germine el esfuerzo hecho por especialistas, estudiosos, investigadores, profesionales en el citado consenso, en línea con instruir e institucionalizar políticas públicas para promover acciones concretas que generen una visión compartida sobre el futuro del Estado.
Gustavo Blutman es Doctor en Ciencias Económicas. Profesor titular de Administración Pública (FCE- UBA). Coautor de El futuro del Estado en la Argentina (Fondo Editorial Consejo, 2019
Para el futuro del Estado se requiere consenso
Para el futuro del Estado se requiere consenso
Para el futuro del Estado se requiere consenso
El momento electoral que ya se está viviendo aparece como una bisagra para el futuro del país. Hay un importante esfuerzo por alcanzar acuerdos, detectar puntos centrales, impulsar temarios consensuados, pero poco se habla de temas concretos que puedan generar una visión compartida de futuro.
Un asunto central -del que se observan pocas acciones estratégicas a pesar de su importancia- remite a la (re) construcción de un servicio civil para el Estado y la administración pública. Serán los funcionarios públicos quienes realmente van a ejecutar las futuras políticas para encarar cambios profundos. La preocupación sobre este tema en la política está vacía.
Marcamos que las propuestas políticas de los candidatos rondan en los tres modelos que presentamos en el libro “El futuro del Estado en Argentina”. Estos son, por un lado, el Dogma Vigente (ortodoxia liberal): su foco es el mercado. El nombre se debe a que, por una parte, tiene un discurso cerrado al cambio y por ello se presenta como incuestionable.
Por otro lado, el Camino Sinuoso (heterodoxia socialdemócrata): este conjunto de ideas pendulares, que fue desarrollado por la socialdemocracia europea a partir del colapso del mundo soviético, plantea reformas y continuidades en lo que hace a la visión liberal tradicional con un eje en la sociedad civil.
Finalmente, el Regreso al Futuro (heterodoxia populista): en este caso, y se caracteriza por resaltar el carácter fundamental del intervencionismo estatal.
El nombre alude al hecho de que la centralidad del Estado en la vida social fue un fenómeno ya conocido en el siglo XX; el oxímoron representa esta vuelta que ya no es al pasado, aunque lo parezca: no se puede volver al pasado, por una parte y, por otra, es posible reaprender de la historia.
Estos modelos plantean enormes diferencias en sus conceptos y valores; pero más allá de ello se pueden observar algunas concordancias para encarar cambios profundos en el Estado y la administración pública.
En este sentido destacamos lo que señaló Guillermo Schweinheim en estas mismas páginas sobre el consenso alcanzado por expertos en torno a una serie de elementos que serían necesarios para lograr una función pública profesional para la Argentina del siglo XXI.
Concretamente estos principios serían: igualdad y transparencia para los concursos de los funcionarios públicos; construir un servicio civil profesional con acreditación de la idoneidad y el buen desempeño; planificar estratégicamente y con sustentabilidad financiera los planteles de personal; institucionalizar un régimen de funcionariado civil superior de carrera; evitar la “discriminación negativa”, en especial en materia de género, y precarización o subcontratación laboral, abierta o encubierta; invertir en capacitación y actualización tecnológica; y jerarquizar y fortalecer los órganos a cargo de la gestión de las políticas de la función pública.
Hay libertad para creer en el destino, en profecías, en oráculos, pero sabemos que el futuro no aparece dado, sino que se construye con voluntades.
Por eso es tan importante que germine el esfuerzo hecho por especialistas, estudiosos, investigadores, profesionales en el citado consenso, en línea con instruir e institucionalizar políticas públicas para promover acciones concretas que generen una visión compartida sobre el futuro del Estado.
Gustavo Blutman es Doctor en Ciencias Económicas. Profesor titular de Administración Pública (FCE- UBA). Coautor de El futuro del Estado en la Argentina (Fondo Editorial Consejo, 2019
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Autor/es: Gustavo Edgardo Blutman
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