ODS y Agenda 2030: algunas herramientas y acciones de implementación
Dr. Julio Saguir
Quien haya pasado –aun tangencialmente—por la gestión pública sabe que cualquier meta de gobierno es apenas viable sin la concurrencia colectiva y coordinada de las distintas áreas de gobierno. Es que difícilmente se puede distinguir y aislar alguna realidad de la vida colectiva –pobreza, desempleo, medio ambiente, género, desigualdad— cuyo logro pueda ser obtenido de manera exclusiva por las áreas de gobierno nominadas –de manera compartimentalizada—para ello.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030 brindan una ocasión y oportunidad inestimables para aquellos que, en la dura tarea de la gestión nos ocupamos de la tarea de establecer metas comunes y coordinar esfuerzos para su alcance. Contra aquellos que lo perciben como una debilidad, la amplitud y flexibilidad de los ODS constituyen más bien su mayor fortaleza a la hora de percibirlos y utilizarlos como una herramienta de planificación y coordinación de la gestión pública y la acción de gobierno.
Al igual que otras provincias y países de la región, la provincia de Tucumán ha avanzado en los últimos años en esta dirección, generando un modelo de trabajo que permite visualizar la potencialidad de esta oportunidad. Tan solo un marco de trabajo entre varios posibles. Específicamente, en este caso, a partir de la adaptación de sus Lineamientos Estratégicos para el Desarrollo (LED) al marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 (https://ods.tucuman.gov.ar/ ), desde la firma de un convenio del Gobernador de la Provincia con el Coordinador Residente de Naciones Unidas y la Secretaria del Consejo Nacional de Políticas Sociales del Gobierno Nacional en 2016, a tales efectos.
El modelo se organiza en dos grandes líneas de trabajo. Por un lado, la definición de metas estratégicas e indicadores de seguimiento; y por otro, la organización de políticas, normativas y acciones que hacen posible su implementación (https://ods.tucuman.gov.ar/ejes_estrategicos) Así entonces, para cada meta y ODS de la Agenda 2013, se estipula una meta provincial, toda vez que ello es posible a partir de indicadores existentes y los que se pudieron construir específicamente a lo largo la tarea.
Enmarcados en el esquema y clasificación de niveles sugeridos por Naciones Unidas, este tarea fue hecha posible por otro avance relevante en la provincia. Ello fue el lanzamiento y avance del Sistema Estadístico Provincial ( https://sep.tucuman.gob.ar/ ), que consiste en la organización de un repositorio colectivo de todos los datos e información estadística de la provincia, que estaba en manos de los distintos sectores y actores ministeriales y de la Dirección de Estadística Provincial. A partir de una tarea de asistencia y colaboración mutuas, el desarrollo del SEP fue crítico para la generación y disposición de indicadores que permitieran la definición y seguimiento de los ODS y sus metas específicas.
El segundo eje de organización del modelo posiblemente sea el más novedoso en términos de vinculación de los ODS y las políticas públicas del Estado provincial. El mismo consistió en el desarrollo de una Matriz Estratégica (https://matrizods.tucuman.gob.ar/ ), que vincula las metas de cada ODS con tres “anillos” de acciones públicas actualmente existentes: las políticas (400) que implementan las áreas de gobierno en la actualidad; las leyes aprobadas (1500) por la Legislatura provincial desde el año 2000; y los proyectos (900) de investigaciones en curso de los institutos del Conicet y las universidades provinciales. Cada una de estas acciones de los “anillos” se vincula con las metas correspondientes de cada ODS. Ello tiene como resultado que para cada meta ODS que la provincia ha seleccionado previamente como meta especifica provincial, se vinculan a ella las políticas relacionadas del Ejecutivo; las leyes provinciales respectivas; y los trabajos producidos por el sector científico de la provincia. Ello produce una Matriz que organiza metas, acciones y actores. Y no de lo que se desea hacer, sino de lo que actualmente se hace. Un mapa del accionar público presente.
El último desarrollo de la Matriz, en el año 2020, ha sido el Plan Provincial de Obras Públicas (https://obraspublicas.tucuman.gov.ar/). El mismo se suma al conjunto de acciones del primer “anillo”, o sea, a las políticas del poder Ejecutivo. Su mención especial se destaca porque todas y cada una de esas obras se ha georreferenciado, lo cual ha permitido una exposición potente del impacto territorial de la implementación de las metas y ODS en la provincia en esta área de políticas públicas.
La Matriz Estratégica produce varios y relevantes beneficios. Uno de ellos es un alto valor coordinador. Por cada meta ODS aparecen las acciones de todas las áreas ministeriales, variadas y diversas, y no solo lo de aquellas que “naturalmente” corresponden a las respectivas áreas ministeriales por su tema de competencia (Salud, Educación, Producción. Ambiente). De modo que permite observar por cada ODS específico las acciones que actualmente realizan otras áreas de gobierno en la consecución de los mismos. Ello se potencia mucho más todavía en aquellos ODS que por su definición misma (Pobreza, Hambre, Género, Desigualdad, Ciudades Sustentables) son transversales. De esta manera, la organización por silos típicamente característica de nuestro Estado provincial, propia de casi toda administración pública en sus distintos niveles jurisdiccionales, queda atravesada –y diluida– por una lógica multicausal y eminentemente coordinadora.
La Matriz Estratégica pone “a la vista” y patentiza que no hay meta ODS que pueda ser cumplida sin la concurrencia de acciones de gobierno que hoy pertenecen a distintas áreas y competencias. Pero más todavía, especifica y comunica cuáles son esas acciones y quiénes son los ejecutores de cada una de ellas. La Matriz Estratégica “delata” el carácter eminentemente multicausal, transversal y coordinador de la Agenda 2030, y se constituye en una herramienta apropiada para ejecutarla.
Todo este potencial coordinador y de sinergias convergentes queda altamente potenciado con los “anillos” legislativo y científico. Por un lado, porque la vinculación de leyes existentes a cada meta, como así también de proyectos científicos de la academia provincial provee a las políticas públicas del primer “anillo” de marcos de referencia que sostienen e impulsan su accionar en el tiempo, al tiempo que les provee insumos y alianzas con el ambiente crítico del conocimiento científico y tecnológico.
Por otra parte, y quizás más importante en el aspecto estratégico, porque esta conjunción de “anillos” producidos por la Matriz termina de hacer evidente –y potencia—que el cumplimiento de los ODS y la Agenda 2030 no es sólo una tarea de un área particular del Estado, sino el producto de una acción conjunta de sus distintos poderes, y eventualmente de la comunidad toda. Dicho en los términos antes utilizados, la multicausalidad, transversalidad y coordinación también implica que este cumplimiento requiere otras actividades y fuerzas ejecutoras –dentro del Estado y en la sociedad civil: academia, empresas, ONGs. Cada una de estas actividades conforma un “círculo” o “anillo” de acciones y actores que contribuyen e impactan en aquel cumplimiento. En este sentido, y a la hora de la decisión y la acción conjunta y coordinada, la Matriz provee la información precisa de quienes están actualmente –organismos, programas—trabajando en cada tema de la gestión pública.
Igualmente, otro beneficio de la Matriz es que hace evidente no solo aquellas acciones que contribuyen al cumplimiento de los ODS, sino también aquellos que se atienden escasamente. O sea, permite ver lo que se hace, y también lo que no se hace. Sin duda que ello puede ser parte de una decisión estratégica de una provincia o actor gubernamental. Porque finalmente no todos los ODS pueden ser cumplimentados al mismo tiempo. Pero la información obtenida logra “alertar” sobre aquello que se ha priorizado y lo que –por acción u omisión- se ha dejado de hacer.
Otro avance valioso de toda la tarea realizada se relaciona con la transparencia y la apertura de información de la gestión estatal. A partir de un desarrollo informático realizado con recursos propios y altamente innovador, toda la información del Portal totalmente abiertas al público y la ciudadanía a través de Internet: objetivos y metas de la provincia; indicadores y estadísticas; normativas y acciones de la Matriz Estratégica. Es un mapa del quehacer público, a disposición y juicio del público.
Estos pasos distan de ser suficientes. Pero son avances positivos y, por sobre todo, posibles. Más aun, es un desarrollo de fácil emulación y reproducción en cualquier nivel de jurisdicción estatal, área de gobierno o institución pública o privada. Y, seguramente, susceptible de nuevas mejoras y desarrollos.
ODS y Agenda 2030: algunas herramientas y acciones de implementación
ODS y Agenda 2030: algunas herramientas y acciones de implementación
ODS y Agenda 2030: algunas herramientas y acciones de implementación
Dr. Julio Saguir
Quien haya pasado –aun tangencialmente—por la gestión pública sabe que cualquier meta de gobierno es apenas viable sin la concurrencia colectiva y coordinada de las distintas áreas de gobierno. Es que difícilmente se puede distinguir y aislar alguna realidad de la vida colectiva –pobreza, desempleo, medio ambiente, género, desigualdad— cuyo logro pueda ser obtenido de manera exclusiva por las áreas de gobierno nominadas –de manera compartimentalizada—para ello.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030 brindan una ocasión y oportunidad inestimables para aquellos que, en la dura tarea de la gestión nos ocupamos de la tarea de establecer metas comunes y coordinar esfuerzos para su alcance. Contra aquellos que lo perciben como una debilidad, la amplitud y flexibilidad de los ODS constituyen más bien su mayor fortaleza a la hora de percibirlos y utilizarlos como una herramienta de planificación y coordinación de la gestión pública y la acción de gobierno.
Al igual que otras provincias y países de la región, la provincia de Tucumán ha avanzado en los últimos años en esta dirección, generando un modelo de trabajo que permite visualizar la potencialidad de esta oportunidad. Tan solo un marco de trabajo entre varios posibles. Específicamente, en este caso, a partir de la adaptación de sus Lineamientos Estratégicos para el Desarrollo (LED) al marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 (https://ods.tucuman.gov.ar/ ), desde la firma de un convenio del Gobernador de la Provincia con el Coordinador Residente de Naciones Unidas y la Secretaria del Consejo Nacional de Políticas Sociales del Gobierno Nacional en 2016, a tales efectos.
El modelo se organiza en dos grandes líneas de trabajo. Por un lado, la definición de metas estratégicas e indicadores de seguimiento; y por otro, la organización de políticas, normativas y acciones que hacen posible su implementación (https://ods.tucuman.gov.ar/ejes_estrategicos) Así entonces, para cada meta y ODS de la Agenda 2013, se estipula una meta provincial, toda vez que ello es posible a partir de indicadores existentes y los que se pudieron construir específicamente a lo largo la tarea.
Enmarcados en el esquema y clasificación de niveles sugeridos por Naciones Unidas, este tarea fue hecha posible por otro avance relevante en la provincia. Ello fue el lanzamiento y avance del Sistema Estadístico Provincial ( https://sep.tucuman.gob.ar/ ), que consiste en la organización de un repositorio colectivo de todos los datos e información estadística de la provincia, que estaba en manos de los distintos sectores y actores ministeriales y de la Dirección de Estadística Provincial. A partir de una tarea de asistencia y colaboración mutuas, el desarrollo del SEP fue crítico para la generación y disposición de indicadores que permitieran la definición y seguimiento de los ODS y sus metas específicas.
El segundo eje de organización del modelo posiblemente sea el más novedoso en términos de vinculación de los ODS y las políticas públicas del Estado provincial. El mismo consistió en el desarrollo de una Matriz Estratégica (https://matrizods.tucuman.gob.ar/ ), que vincula las metas de cada ODS con tres “anillos” de acciones públicas actualmente existentes: las políticas (400) que implementan las áreas de gobierno en la actualidad; las leyes aprobadas (1500) por la Legislatura provincial desde el año 2000; y los proyectos (900) de investigaciones en curso de los institutos del Conicet y las universidades provinciales. Cada una de estas acciones de los “anillos” se vincula con las metas correspondientes de cada ODS. Ello tiene como resultado que para cada meta ODS que la provincia ha seleccionado previamente como meta especifica provincial, se vinculan a ella las políticas relacionadas del Ejecutivo; las leyes provinciales respectivas; y los trabajos producidos por el sector científico de la provincia. Ello produce una Matriz que organiza metas, acciones y actores. Y no de lo que se desea hacer, sino de lo que actualmente se hace. Un mapa del accionar público presente.
El último desarrollo de la Matriz, en el año 2020, ha sido el Plan Provincial de Obras Públicas (https://obraspublicas.tucuman.gov.ar/). El mismo se suma al conjunto de acciones del primer “anillo”, o sea, a las políticas del poder Ejecutivo. Su mención especial se destaca porque todas y cada una de esas obras se ha georreferenciado, lo cual ha permitido una exposición potente del impacto territorial de la implementación de las metas y ODS en la provincia en esta área de políticas públicas.
La Matriz Estratégica produce varios y relevantes beneficios. Uno de ellos es un alto valor coordinador. Por cada meta ODS aparecen las acciones de todas las áreas ministeriales, variadas y diversas, y no solo lo de aquellas que “naturalmente” corresponden a las respectivas áreas ministeriales por su tema de competencia (Salud, Educación, Producción. Ambiente). De modo que permite observar por cada ODS específico las acciones que actualmente realizan otras áreas de gobierno en la consecución de los mismos. Ello se potencia mucho más todavía en aquellos ODS que por su definición misma (Pobreza, Hambre, Género, Desigualdad, Ciudades Sustentables) son transversales. De esta manera, la organización por silos típicamente característica de nuestro Estado provincial, propia de casi toda administración pública en sus distintos niveles jurisdiccionales, queda atravesada –y diluida– por una lógica multicausal y eminentemente coordinadora.
La Matriz Estratégica pone “a la vista” y patentiza que no hay meta ODS que pueda ser cumplida sin la concurrencia de acciones de gobierno que hoy pertenecen a distintas áreas y competencias. Pero más todavía, especifica y comunica cuáles son esas acciones y quiénes son los ejecutores de cada una de ellas. La Matriz Estratégica “delata” el carácter eminentemente multicausal, transversal y coordinador de la Agenda 2030, y se constituye en una herramienta apropiada para ejecutarla.
Todo este potencial coordinador y de sinergias convergentes queda altamente potenciado con los “anillos” legislativo y científico. Por un lado, porque la vinculación de leyes existentes a cada meta, como así también de proyectos científicos de la academia provincial provee a las políticas públicas del primer “anillo” de marcos de referencia que sostienen e impulsan su accionar en el tiempo, al tiempo que les provee insumos y alianzas con el ambiente crítico del conocimiento científico y tecnológico.
Por otra parte, y quizás más importante en el aspecto estratégico, porque esta conjunción de “anillos” producidos por la Matriz termina de hacer evidente –y potencia—que el cumplimiento de los ODS y la Agenda 2030 no es sólo una tarea de un área particular del Estado, sino el producto de una acción conjunta de sus distintos poderes, y eventualmente de la comunidad toda. Dicho en los términos antes utilizados, la multicausalidad, transversalidad y coordinación también implica que este cumplimiento requiere otras actividades y fuerzas ejecutoras –dentro del Estado y en la sociedad civil: academia, empresas, ONGs. Cada una de estas actividades conforma un “círculo” o “anillo” de acciones y actores que contribuyen e impactan en aquel cumplimiento. En este sentido, y a la hora de la decisión y la acción conjunta y coordinada, la Matriz provee la información precisa de quienes están actualmente –organismos, programas—trabajando en cada tema de la gestión pública.
Igualmente, otro beneficio de la Matriz es que hace evidente no solo aquellas acciones que contribuyen al cumplimiento de los ODS, sino también aquellos que se atienden escasamente. O sea, permite ver lo que se hace, y también lo que no se hace. Sin duda que ello puede ser parte de una decisión estratégica de una provincia o actor gubernamental. Porque finalmente no todos los ODS pueden ser cumplimentados al mismo tiempo. Pero la información obtenida logra “alertar” sobre aquello que se ha priorizado y lo que –por acción u omisión- se ha dejado de hacer.
Otro avance valioso de toda la tarea realizada se relaciona con la transparencia y la apertura de información de la gestión estatal. A partir de un desarrollo informático realizado con recursos propios y altamente innovador, toda la información del Portal totalmente abiertas al público y la ciudadanía a través de Internet: objetivos y metas de la provincia; indicadores y estadísticas; normativas y acciones de la Matriz Estratégica. Es un mapa del quehacer público, a disposición y juicio del público.
Estos pasos distan de ser suficientes. Pero son avances positivos y, por sobre todo, posibles. Más aun, es un desarrollo de fácil emulación y reproducción en cualquier nivel de jurisdicción estatal, área de gobierno o institución pública o privada. Y, seguramente, susceptible de nuevas mejoras y desarrollos.
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